miércoles, 30 de junio de 2010

Rolando Astarita echado de la FCE

Gente,

Les dejo a continuación, la carta de Rolando Astarita sobre como fue echado de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

Nuestra solidaridad con Rolo y esperamos que se resuelva este conflicto rápidamente de manera que los alumnos no pierdan la oportunidad de estudiar enfoques alternativos al del mainstream.

Carta:

Con este texto quiero informarles que fui echado de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, donde dictaba un curso de Desarrollo Económico desde el segundo cuatrimestre de 2005. En mi recibo de sueldo de marzo de 2010 figuraba con el cargo de Profesor Adjunto Interino Dedicación Parcial. Éste fue el último mes que cobré, porque a partir de ahí la Facultad no renovó mi designación. Nadie me informó de esta decisión, ni me dio razón alguna de ella. Debido a una confusión en la administració n de mis cuentas personales (paradójica para alguien que estudia el capital), tardé en darme cuenta del problema. Finalmente el lunes pasado, y ante mi consulta, una empleada me explicó que desde marzo no figuro en la plantilla de docentes de la Facultad, porque mi designación no fue renovada. En una palabra, fui despedido, sin aviso.
Quisiera contextualizar brevemente este despido. Mi ingreso a la FCE fue conflictivo. Al parecer, y debido a que no tengo títulos académicos, el Consejo Superior encontraba extraordinariamente peligrosa, para la salud mental de los alumnos y de la ciencia, mi designación. La misma finalmente se produjo por apoyo del Departamento de Economía, de docentes, del sindicato y agrupaciones estudiantiles, y también, según me informaron, del entonces decano de la FCE. Aunque siempre con trabas. En una primera instancia –y cuando ya estaba al frente del curso– el Consejo Superior me nombró Docente Libre, sin salario. Planteé que si no cobraba, me iba de la facultad. Entonces me nombraron Docente Libre, con salario. Pero esto duró poco, porque en 2006 la Facultad no renovó mi designación. Como sucede ahora, tampoco en esa oportunidad me avisaron, ni me dieron razones. Los estudiantes, al enterarse, juntaron firmas –creo recordar que fueron más de 400– exigiendo que se confirmara mi nombramiento, y se me diera el salario correspondiente. Las autoridades del Departamento de Economía, finalmente, me explicaron que se había tratado de un error administrativo; y prometieron que me pagarían los meses que había dejado de cobrar. Al plantearles que de todas maneras sentía que estaba en una situación de extrema precariedad, me aseguraron que no era así, y que las cosas estaban regularizadas. Jamás cobré lo adeudado.
En los años que siguieron el curso de Desarrollo Económico que dicté junto a mis cuatro ayudantes, no fue cuestionado por las autoridades de la Carrera, ni por los estudiantes. En las encuestas que realiza el Departamento de Economía, y según me han informado, nunca salió mal parado. Varios alumnos me han manifestado que aprecian el hecho de que les ha ayudado a entender enfoques alternativos a los de la economía neoclásica dominante. También he dado clases en el Seminario sobre Mercados de Capitales, en la cátedra del profesor Nicolás Salvatore, que pertenece a la dirección de la Carrera. No tuve críticas por este desempeño, sino más bien lo contrario.
Dados estos antecedentes, ahora he planteado a la Dirección del Departamento de Economía que, en caso de que me vuelvan a nombrar, solo daré clases en el segundo cuatrimestre si antes de su inicio se me paga todo lo adeudado.
Sin embargo, esto no basta, porque necesito acabar con la situación de precariedad laboral en que me ha puesto la Facultad. No estoy dispuesto a seguir tolerando este maltrato y prepotencia. No puede ser que la Facultad eche a uno de sus empleados sin siquiera avisarle, o darle una razón de por qué lo hace. Tampoco es admisible que nadie se haga responsable. Esto no sucede ni en una empresa privada. Tampoco es posible que cada poco tiempo deba pasar por esta situación. No admito que ahora vengan a decir que se trató del error de un empleado.
Por lo tanto también exijo que se explique públicamente quién, o quiénes, tomaron esta decisión; y por qué razones lo hicieron. Es un mínimo requisito que debiera cumplirse en una Universidad que se pretende abierta, pluralista y transparente. Es también una condición para sentir que dejo de estar en la precariedad laboral.
En estos momentos muchos alumnos me están haciendo llegar su respaldo, e incluso su indignación ante lo sucedido. También lo están haciendo colegas docentes. Desde el exterior, docentes que se están enterando de mi despido de la FCE de Buenos Aires, preguntan si esto se debe a persecución ideológica, dadas mis ideas críticas de la economía neoclásica. Un buen número de estudiantes me ha manifestado su preocupación porque piensan que se está cerrando una cátedra que propone enfoques alternativos, y críticos, de los dominantes. Algunos se preguntan cuáles son los alcances reales de la proclamada apertura ideológica en la Carrera de Economía de la FCE.
A todos ellos, les estoy infinitamente agradecido por su solidaridad, comprensión y apoyo.
Rolando Astarita
30 de junio de 2010

5 comentarios:

  1. No conozco el caso, pero me llama la atención el hecho de que Rolando, según él mismo dice, no tiene títulos académicos. Si eso significa que no tiene un título universitario, ello lo pondría en una situación muy especial.
    Las universidades nacionales argentinas han tenido tradicionalmente la atribución de poder nombrar profesores que no sean profesionales universitarios, pero esta atribución solo se ejerce muy rara vez, en favor de algunas personas cuyos conocimientos son muy especializados e indudables. Un caso que recuerdo fue el nombramiento de Jorge Luis Borges en la Fac. de F. y Letras, como catedrático de Literatura Inglesa y Norteamericana, siendo que Borges solo tenía hecha la secundaria (en el Colegio Juan Calvino de Ginebra). No hay muchos casos más.

    En cambio, si Astarita quiere decir que tiene título profesional pero le faltan antecedentes adicionales (posgrados, publicaciones, etc.), entonces entra dentro de las atribuciones de la Facultad no renovarle el contrato, sobre todo si tienen la posibilidad de nombrar otra persona con más calificaciones académicas. El carácter interino de su nombramiento tiene fecha de vencimiento y la renovación es opcional.

    Por último, si el despido se produjo antes de la fecha de vencimiento de la designación, Rolando tendría derecho al preaviso de un mes y podría reclamarlo. La Facultad puede revocar un nombramiento interino, como se puede hacer con cualquier otro empleo, pero se requiere el preaviso.

    Si el despido no se basó en la falta de títulos o antecedentes, entonces lo que no está claro es el motivo (animadversión personal, falta de presupuesto, disidencia de tipo político o ideológico. etc.) de la cesantía. Si el motivo fue puramente político o ideológico hay razones fuertes para protestar, más allá de la legalidad o no del despido.

    Si este último fue el caso, vaya mi solidaridad con Astarita. La Universidad debe admitir la pluralidad de los puntos de vista, sobre todo en áreas como la economía. Me gustaría mucho que en la F. de CCEE haya profesores keynesianos, ortodoxos, marxistas, neoinstitucionalistas, etc., con la única condición de la excelencia académica.

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  2. Héctor,

    Intento contribuir un poco a aclarar el panorama. Efectivamente, Astarita no tiene un título universitario (es decir, el máximo título que tiene es el del secundario). Más abajo dejo claro por qué no hace falta apelar a la razón que expongo a continuación, pero vale aclarar que sus estudios universitarios fueron "interrumpidos" por la interrupción de la democracia. Estuvo exiliado porque, según sus propias palabras, "lo estaban solicitando".

    Dicho esto, puedo dar fe como alumno y como lector de algunas de las obras de Astarita que excelencia académica es una palabra que le queda muy bien. Aclaro que probablemente no comparto el 90% de las cosas que afirma Astarita. Sin embargo, es notable su conocimiento de la materia que dicta en la FCE (Desarrollo Económico) al igual que de algunas otras. Es notable también el trabajo que tiene puesto encima el curso: clases muy preparadas, notas de clases super-recomendables elaboradas por el profesor, bibliografía relevante y constantemente actualizada, investigación de cátedra. Para ver el CV de Astarita basta con entrar a su página y ver sus publicaciones. Yo creo que, como profesor de la UBA, está bastante por encima de la media de los profesores de esa casa de estudios (aclaro, doy clases en la UBA y está claramente por encima mío y de gente mucho más relevante que yo).

    Por otro lado, la carta de Astarita me deja con muchas dudas. Me gustaría conocer más detalles de cómo fueron los acontecimientos. Seguramente él se va a encargar de ir aclarando el tema. Ojalá que también tengamos rápidamente algún pronunciamiento por el lado de las autoridades de la FCE y que este problema se solucione sin más.

    Stes.

    Emmanuel Agis.

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  3. Aunque no haga falta aclararlo porque no es muestra de las capacidades y conocimientos de Astarita (para ello haría falta, mínimamente, asistir a algún seminario o clase de él), te comento que incluso Frenkel tampoco tiene título universitario y sin embargo fue docente, jefe de cátedra y sigue participando en asuntos universitarios. Supongo que sabías eso Héctor y que simplemente se trata de un prejuicio barato el tuyo.

    He leído y escuchado a muchos profesionales decir pavadas o inventarse teorías detrás de nimiedades. Tener un título universitario o terciario no es ni condición necesaria ni condición suficiente para tener dominio acerca de alguna materia.

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  4. ---------- Mensaje reenviado ----------
    De: Rolando Astarita
    Fecha: 1 de julio de 2010 12:53
    Asunto: Re: Cómo me echaron de la FCE
    Para:

    Informo que se acaba de llegar (jueves 1º de junio, 11 hs) a un acuerdo, que está avalado personalmente por el decano de la FCE, Profesor doctor Alberto Barbieri. Por el mismo se conviene:

    a) Que paso a ser docente interino. Esto es, dejo de estar en la singular posición de "docente libre con salario" en la FCE.

    b) Que la FCE toma el compromiso de pagar todos los meses que he trabajado este año sin cobrar.

    Dadas las preocupaciones expresadas por muchos, quiero dejar en claro que nunca pensé, ni lo pienso, que las autoridades del Departamento de Economía de la FCE hayan actuado de forma macartista, o por prejuicios ideológicos, en este episodio, ni contra mí durante mi desempeño en la facultad.

    Sigo pensando, además, que las estructuras de la institución deben ser democratizadas; y que no puede suceder que los docentes, por la razón que sea, estén sometidos a manoseos y maltratos, o a situaciones de precarización laboral.

    Quiero agradecer a todas y todos los que han manifestado su preocupación y solidaridad para con mi situación.

    Saludos cordiales, Rolando Astarita

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  5. Hector... por como escribis diria que sos contador publico...
    entre a tu blog.. y seguis a cavallo... por favor... no hables mas de astarita que no tenes idea quien es...

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